febrero 11 de 2014
por Andrea Gómez Franco
Cicatrices
Mi interés por las cicatrices apareció durante las vacaciones, en una de mis sesiones de fisioterapia compartí consultorio con un muchacho que tenía una cicatriz que abarcaba casi toda su pierna. Mientras hacía los ejercicios no podía parar de mirarla y preguntarme cómo fue que le quedó esa gran cicatriz.
Por tanto, ésta es una serie en honor a esas pequeñas o grandes marcas que esconden anécdotas de caídas, quemaduras, cirugías, vacunas, pequeños accidentes infantiles, entre otros, que con el paso del tiempo éstas se cuentan con nostalgia; casi siempre llegaron el día que nos pasó algo doloroso y a veces chistoso; y que como “recompensa” llegaron esas cicatrices a nuestras vidas.
A medida que fui tomando las fotografías, pude ver marcas que jamás hubiera imaginado (incluso algunas de personas cercanas) escuché anécdotas de todo tipo y comprendí que las cicatrices no sólo quedan en la piel, sino en la memoria y corazón de cada uno; aunque suene a cliché.
En esta serie participan compañeros de clase, amigos y familiares que mostraron esas historias que se cuentan solas, que los acompañan y que son su sello único, personalizado e irrepetible.





