El buen padre debe ser antes una buena madre
mayo 13 de 2014
por Cristina Dilaurentti Callejas

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Fotografías: Andrés David Bermúdez
El Día de la Madre es una festividad que se celebra en honor a las madres en diferentes fechas del año según el país, estas celebraciones se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. El 12 de mayo de 1907, Ana Jervis quiso conmemorar el fallecimiento de su madre y organizó un día para hacerlo. Pero fue el presidente Woodrow Wilson de los Estados Unidos, quien finalmente, declaró en 1914, que el segundo domingo de mayo sería la fecha indicada para la festividad. Así fue gestado el Día Internacional de la Madre, que poco después encontró eco en otros países que lo adoptaron hasta tener la celebración conocida en la actualidad.
Las circunstancias por las que una mujer se convierte en madre soltera son varias: por decisión propia o situaciones de su entorno. Pero, ¿qué pasa con aquellos hombres que también son padres solteros y logran emular las mejores características de las madres abnegadas y verracas de nuestro país?, ¿qué hay de esos hombres que sin tener el sexto sentido o el instinto maternal que caracteriza a muchas mujeres, se convierten en las mejores mamás del mundo?
Por inusual que parezca, este último caso es más común de lo que podemos imaginar. Cada día son más los padres que tienen que afrontar solos la crianza de sus hijos y al igual que las madres solteras, ellos tienen que asumir el rol de proveedores y encargarse de todas las labores del hogar. Como le pasa a las mujeres, las razones de su situación son similares.
“Como quien regala un objeto cualquiera”
Gildardo Chaverra, un hombre de 68 años de edad, albañil de profesión y padre/madre soltero por casi 20 años, aún recuerda muy bien aquel día en el que decidió darle el sí a la aventura más grande de su vida. Después de que su esposa diera a luz y convivieran juntos durante 9 años, un viernes como cualquier otro, justo a la hora del almuerzo, en una conversación casual, “como quien regala un objeto cualquiera”, afirma Gildardo, ella le dijo: “Me cansé. Quiero dar la niña en adopción o llevémosela a su mamá”. Él, atónito por las palabras de su entonces esposa, no supo que responder, pero fueron sus actos los que hablaron. Paula, su hija, ya con casi 20 de edad, agradece infinitamente el apoyo incondicional de su padre. Después lo sucedido, por motivos que ya se imaginará, Gildardo y Paula no volvieron a tener contacto con dicha mujer.
Gildardo reconoce que la labor de ser “mamá” nunca ha sido fácil, incluso ahora que su hija tiene otro hogar. Él se encargó de alistarla todos los días para el colegio, de ayudarla con las tareas, a pesar de no haber tenido ni siquiera la oportunidad de pisar una institución educativa en los primeros años de su vida, entre los dos aprendieron a hacer las labores domésticas.
Como ya se puede imaginar, la comunicación fue un factor trascendental. Según algunos expertos en el área, las mujeres son más emocionales, lo que favorece la comunicación y en el caso de los padres solteros, puede lograr muy buenos resultados en la crianza de sus hijos, pero estos tienen que adaptarse a una serie de circunstancias donde la comunicación se convierte en un factor crucial y como afirma Gildardo: “Es uno de los dotes que uno desarrolla”. Tal vez, como los dos cuentan, en ese ir y venir de la convivencia, se enmarcó la conformación de su hogar.
Muchos padres solteros expresan que la crianza de una hija plantea muchos otros retos relacionados al género, como le pasó al señor Chaverra. Nunca se imaginó acompañando a su hija a la peluquería para depilarse, alisarse el cabello o arreglarse las uñas, razón por la cual, la apariencia de su hija en la niñez, era un poco menos femenina que las demás niñas de su generación. Pero poco a poco, los dos aprendieron el balance perfecto. Les tocó aprender “cosas de mujeres”, él aprendió a desenredar el pelo y a comprarle ropa, mientras que ella descubrió el brillo labial, la depilación y a alisarse el cabello de la mano de sus amigas. En otras ocasiones se vieron envueltos en situaciones que pudieron resultar bochornosas, como hablar de sexo y menstruación.
Durante la pubertad de su hija, tuvo que prepararse para afrontar temas como la sexualidad o el periodo menstrual, temas que nunca son tratados por los hombres, resultado de nuestra heteronormativa y patriarcal sociedad: “Son temas exclusivos de mujeres”. Gildardo y Paula afirman que recurrieron a terceras personas para informarse en esos aspectos que ninguno tenía conocimiento. Como ya lo dije anteriormente, a pesar de la poca educación recibida, Gildardo posee lo que se conoce hoy en día como “open mind” o mente abierta, en español. “Hablar sobre temas de sexo, era más difícil para mí que para ella”, pero creo que ella siempre notó mi buena intención. Por fortuna, en el colegio, sus amigas y vecinas, también le dieron orientación, lo cual fue una gran ayuda, dice.
Esta historia aún no tiene un final, pero sí un presente feliz: Paula ahora tiene otro hogar, trabaja incansablemente y como muchas mujeres en nuestro país “no se le arruga pa’ nada”, pero afirma que el estudio no es para ella. Aún así se siente satisfecha, porque recibió el amor y la mejor educación posible, los suficientes como para entender cuál es su papel en el mundo y a quien atribuirle todos sus logros.
Los padres solteros y la sicología…
Por muchos años ha existido la idea de que los hombres son los proveedores del hogar y las mujeres son las que se quedan haciendo las labores domésticas. Pero con los casos que surgen a diario, este patrón de comportamiento se desmiente cada vez más. Muchos padres y madres solteros tienen que hacer espacio para todo: alistar a sus hijos para la escuela, hacer de comer, cumplir con sus actividades laborales, tener la casa arreglada, recibir a sus hijos, hablar con ellos, acostarlos a dormir, entre muchas otras, si no tienen algún tipo de ayuda especial.
La sicóloga Silvia Lema Rodríguez, de la Universidad del Bosque, explica que cuando una persona asume la crianza de los hijos por sí sola, sea hombre o mujer, es posible que experimente sentimientos de soledad e incapacidad. De allí la importancia de tener una red de apoyo, bien sea de familiares o amigos. Además, es importante que los niños tengan un referente femenino, y por eso es clave el respaldo de las abuelas o las tías, quienes les puedan hablar a los niños sobre temas que los padres no tienen conocimiento.
Tanto en Colombia, como en muchos otros países del mundo, los padres solteros tienen que cargar con el imaginario de que las mujeres son las únicas que saben criar. Incluso, según algunos hombres, hay estigmatización proveniente de la ley, que siempre privilegia a la mujer, a parte del poco respaldo por parte de instituciones en Colombia, caso contrario al que se vive en otros países donde ya hay fundaciones para padres solteros.
Lo que está claro en este tema, es que el modelo tradicional de familia nuclear ya no es el único. Gloria Cajiao, Directora de la Especialización en Sicología Clínica y de la Salud en la Universidad El Bosque, dice que ante la ausencia de alguno de los dos, lo importante es que quien quede encargado de los hijos asuma su rol a cabalidad.