Las relaciones del futuro: tres no son multitud
agosto 26 de 2014
por Cristina Dilaurentti

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Fotografía: Alejandra Cardona
La estrella invitada
Hace ya un par de meses, mientras departía con algunos amigos en un reconocido bar al norte de la ciudad, un admirador se me acercó y me hizo una intempestiva y poco usual propuesta. Siempre pensé que estaría preparada para ese momento, soy atractiva, inteligente y tengo un excelente sentido del humor, “¿quién no quería hacerlo conmigo?”, pero atónita por sus reveladoras palabras y aún con el nerviosismo de pensar en la “primera vez”, terminé respondiéndole como toda una reina de belleza: “hombre con hombre, mujer con mujer…”, al terminar mi “inteligente” apreciación, me di cuenta del lío en el que me estaba metiendo: era la estrella invitada a un show de media noche protagonizado por él, su novia y yo, querían un ménage à trois.
En ese preciso momento, tomé el último trago de mi daiquirí y entendí que en esa historia, yo era la indefensa e “ingenua” Caperucita que pronto sería devorada por dos grandes lobos feroces, eso sí, si se los permitía. Debo admitir que el prejuicio me ganó y me escabullí entre la multitud a la mayor brevedad posible, pero como no quería que ellos fueran los malos del cuento, días después, decidí indagar: ¿son los tríos la nueva frontera sexual?
No hay duda de que a los hombres les encantan, pero ¿están sus parejas realmente preparadas para afrontarlo?, ¿lo hacen por cumplir sus más íntimos deseos sexuales o, simplemente, por complacer una fantasía a sus compañeros de turno?, en todo caso, ¿están sus “cónyuges” preparados para saber que también les excitan otras personas, incluso de su mismo sexo?, en pocas palabras, ¿son los tríos las relaciones del futuro?
Actos lésbicos, una práctica de “meros meros”
No desconozco la imaginación y la creatividad de las mujeres al momento de materializar una fantasía sexual, pero debido a nuestra costumbrista educación, en cierta forma, esa libertad ha sido mutilada y relegada solo a los “meros meros” de nuestra sociedad. Reconozco que desde hace un par de años, en nuestro país, algunas de ellas, han experimentando una verdadera independencia, algunas casi que “sometidas” por sus novios de turno, otras porque simplemente han entendido la dinámica de la sexualidad y la viven sin etiquetas, sin temor al prejuicio pero, ¿qué hay con aquellas que aún se oponen a cierto tipo de encuentros y no tienen el nivel que sus parejas exigen?, ¿desde cuándo el compromiso se convirtió en algo comprometedor?
Al hacer estos cuestionamientos a una infinidad de parejas que conozco, algunos negaron por completo la posibilidad de permitir la participación de un tercero en el acto sexual, siendo las mujeres las más reacias a este tipo de actividades. En cambio, los hombres afirmaron que la única forma de hacerlo, sería con otra mujer, forzando a su contraparte femenina a que se desempeñe en un acto lésbico, pero jamás ser ellos los que estén en una escena gay.
En Colombia, los actos lésbicos son casi la única forma de bisexualidad aceptada, debido a que en el imaginario de muchos “hombres”, ver a dos mujeres besándose o teniendo relaciones sexuales es considerado erótico. Desde mi punto de vista, lo es, pero también lo es ver a dos hombres hacerlo. ¿Por qué tanto repudio si es la misma vaina?, pues ambos son casos gay. Este es un típico ejemplo de cómo nuestra heteronormativa colectividad permea incluso uno de los aspectos más íntimos de nuestra existencia, nuestras camas.
Otras de las parejas consultadas, siendo estas de “mente abierta”, algunas fieles creyentes del “poliamor”, aseguraron que la inclusión de un tercero corresponde a la experimentación sexual normal de toda pareja, ya sea por gusto, para avivar la llama de la pasión o, simplemente, por subir los niveles de excitación en el coito. Ninguno hizo alusión a la orientación sexual de la “estrella invitada”, lo que me permite suponer, que no tienen mayor lío con eso.
Determinada cantidad de parejas encuestadas, un poco más “tradicionalistas”, manifestaron su repudio hacia esta actividad, incluso tildaron a sus practicantes de “depravados”. Muy respetable su postura, pero floja en argumentos. A estas personas les caería bien "que les dieran por detrás". Nuestro mayor error como raza humana ha sido darle esa carga moral a nuestra sexualidad.
Este tipo de experiencias pueden brindarle gratos momentos de exuberante placer, la vida se trata de experimentar, no se niegue a esa posibilidad. Y, pensándolo bien, el trío es más natural de lo que parece, incluso es algo inevitable, porque aunque seamos dos los que compartamos la cama, siempre ha habido otros antes que nosotros, como dicen por ahí: “el pasado siempre duerme a nuestro lado”. La vida es una candente orgía y para ello, es mejor que esté preparado, así que siga las siguientes recomendaciones.
Reglas para un buen trío sexual:
1ª. Recurra a los brazos de Morfeo: si no está completamente seguro de hacer un trío, recurra a Morfeo, el sueño es una buena forma de experimentar, es como ponerse un vestido sin tener que quitarle la etiqueta. Es mejor evitarlo para no reprochárselo después.
2ª. La comunicación como eje transversal: antes de decidir quién será la estrella invitada, hable con su pareja para saber si realmente está interesada en realizar este remake, ambos deben tener total disposición para evitar una catástrofe sexual. Comuníquese, aproveche la situación para conocer esas secretas fantasías sexuales, que por prejuicio nunca han sido exteriorizadas. Le aseguro que esto le ayudará a fortalecer aún más la relación. Den el siguiente paso y recuerden: “el truco está en tragarse todo, menos las mentiras”.
3ª. Follar con una "estrella" enloquece a cualquiera: la única forma de hacer un buen ménage sin que afecte su relación de pareja, es ir de estrella invitada, es decir, ser la persona que se apunta para que la pareja se la folle y se va. Es perfecto, diversión a bajo costo. Pero tenga siempre en mente que es solo la estrella invitada, no es necesario que aparezca en todos los episodios de la serie, no abuse de la confianza brindada. Lo ideal es sin líos ni compromisos.
4ª. No mezclar sentimientos: recuerde que involucrar orgasmos y eyaculaciones con sentimientos en pleno siglo XXI, no está bien visto. Esta participación es solo una experiencia que le dará un nuevo sabor a su vida sexual. No se enamore de los integrantes del trío, le traerá más “dolores de cabeza” que placeres. Los tríos sexuales se tratan de probar nuevas sensaciones, no de encaminar sentimientos o de probar los de su pareja por usted o hacia la persona invitada. De lo contrario, vendrán sentimientos conflictivos, como los celos. La pareja podrá sentirse traicionada, engañada y dudar de su confianza y su fidelidad, o bien de su preferencia sexual, según sea el caso.
5ª. Coma callado: ser parte de las fantasías sexuales de los demás, no le da derecho de divulgar o exponer la intimidad de las personas que confiaron en usted. Recuerde que el que quedará mal es usted, pero por chismoso. Ser la fantasía sexual de alguien más o parte de ella, sin duda alguna, es la mejor fantasía que alguien puede tener, así que NO LO ARRUINE.
6ª. Sea creativo: documéntese un poco sobre las poses y juegos que pueden hacerse en este tipo de situaciones. Después de todo, es mejor que crean que usted es todo un “Don Juan” en la cama y no un joven puberto que aún convive con “Manuela” o “Rodolfo”. Uno elige: salir a comerse el mundo o que todo el mundo se lo coma a uno.
7ª. “Ante cualquier situación, las personas siempre deben tener el cuerpo limpio y la mente muy, muy, muy sucia”: el aseo es regla de oro en cualquier tipo de experiencia sexual y en los tríos no es la excepción. Esté lo más fresco que pueda, báñese, depílese, use cremas humectantes, en fin, propicie un momento ganador para que usted y los demás se dejen llevar por el deseo y no tengan ningún tipo de impedimento.
8ª. Folle seguro: para sexo seguro, lleve siempre condón, úselo siempre con el fin de evitar contagio de infecciones o un embarazo no deseado. Casos se han visto y usted no es el todopoderoso, en el peor de los casos, cualquier cosa puede pasar.
9ª. Fairplay: si realiza un trío sexual con su pareja, corrobore que la persona invitada está dispuesta a estar con ambos, no hay nada peor que se sienta excluida o que no se sienta a gusto. Dele mucha atención a su pareja para que nunca crea que es menos deseada que la tercera persona y procure que esta última también lo haga. Que las reglas de juego sean claras desde el inicio y si usted es hombre, no le niegue la posibilidad a su novia de fantasear, si ella desea otro hombre, no piense como macho, acepte el reto, le aseguro que no se arrepentirá.