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Lo mejor del peor, Ed Wood
septiembre 09 de 2014
por Juanita Porras Sepúlveda
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Ilustración: Pablo Roa @pabloroa95

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En unas manos gruesas recae una bola de cristal. Imagen a blanco y negro, lluvia pegada a la ventana. “Rosebud” clama Kane antes de morir, la bola de cristal cae.

 

Esta escena hace parte del inicio de Ciudadano Kane, obra maestra del director Orson Welles.

Imagine a Ed D. Wood Jr observando aquella escena histórica del cine. Deseando fervorosamente conseguir una magnífica composición de imagen, concebir una idea que posicione su nombre, al igual que el de Welles, entre los más memorables, reconocidos y alabados. Sin embargo, Ed no es memorable y alabado pero sí reconocido, como el peor director de cine de todos los tiempos.

 

En la década de los 50, Wood conoció a Bela Lugosi, uno de los actores más célebres de los años 30 por su mirada oscura al interpretar al Conde Drácula. Para cuando se conocieron, este hombre había perdido su fama. Pero gracias a la amistad que construyeron, Lugosi participó en la película Glen or Glenda, dirigida, producida, escrita y protagonizada por Ed Wood. Contaba la historia de un hombre que vestía prendas femeninas para sentirse más cómodo, entre ellas suéteres de angora. Finalmente, su novia le acepta aquel extraño fetiche.

 

Glen or Glenda se convirtió en un fracaso. Detrás de aquel guion insípido se escondía uno de los secretos de Wood. A través de las páginas de Glen or Glenda se encontraban rastros de las experiencias reales de su escritor, quien utilizaba ropa interior femenina durante la Segunda Guerra Mundial para alivianar el peso de la guerra y la muerte.

 

Sin embargo, el fracaso no aplacó la fuerza de sus deseos y decidió comenzar un nuevo film: La novia del monstruo, estelarizado por Bela Lugosi y Tor Johnson, luchador sueco. Tras el fracaso de su nuevo film, Bela Lugosi fue ingresado en un centro de desintoxicación por su adicción a la morfina y un año después falleció, antes de comenzar con el siguiente proyecto que Wood tenía en mente.

 

Plan 9, espacio exterior fue uno de los proyectos finales de Ed, una de sus “mejores” películas. Sin embargo, también terminó en el olvido y el fracaso.

 

Su pasión por el cine le hace memorable e inspirador. Aunque construyó un camino mediocre a través de la estructuración ligera de sus ideas y de sus planes sobre el proyecto, su falta de premeditación ante la construcción de imagen y de coherencia narrativa, Ed Wood representa la emoción, el positivismo y la impaciencia de cada proyecto.

 

La historia no termina de la manera que desearía. Ed no vive satisfecho con el amor por el cine, se estanca en su fracaso y en botellas de alcohol. Aun así la historia no se ahoga con él, trasciende y nos lleva la adaptación de Tim Burton sobre su historia, nos muestra una importante escena ficticia: el encuentro de Ed Wood con Orson Welles.

 

Ed, vestido con su suéter de angora y desmotivado por la manipulación que ejercen sus productores sobre su cinta Plan 9, espacio exterior, encuentra a Welles sentado en un bar. Le expresa su admiración, le habla de su película y Orson le comenta sobre la importancia del control absoluto de la película, sobre cómo luchar por los deseos propios por encima de los ajenos.

 

Aunque con esta técnica Orson triunfó y Wood fracasó, ambos llegaron a convertirse en personajes memorables para el cine, para la memoria de las metas, los sueños y los fracasos. 

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