Niños: matices de un pueblo
octubre 13 de 2015
por Nicolás Castro

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Texto: Karimah Marín
Existen lugares en donde el tiempo parece estar ausente. Están recubiertos por una burbuja impermeable que los mantiene en un estado casi inamovible. Así es Marulanda, Caldas. Un pueblo de hermosos paisajes montañosos, decorado con motas, en su mayoría blancas, que corren y hacen bee. Allí las personas tienen las mejillas rosadas por el clima frío y las callecitas son concurridas por viejos que, sentados en bancas con sus sombreros y ruanas de lana, parecen ausentes como esperando que el tiempo pase, lento. En contraste, o coincidencia quizá, los niños juegan fútbol y se divierten en el parquecito. Todos estos niños que las personas, a primera vista, ven tan homogéneos son maravillosamente diversos.
Aquí la muestra de estos niños, que comparte gestos tan distintos y enérgicos, a los que el tiempo, parece no tocarlos, porque ellos se comportan cándidos ante él.




