Esta serie es un reflejo de mi gusto por los objetos dañados por el uso, porque es para mí un reflejo de la vida, un recorrido entre lo que está en algún rincón perdido de la casa o estuvo pero olvidamos.

 

La verdad pensé que iba ser más fácil, que iba encontrar todos los objetos rotos en mi casa, pues no fue así ¿quién quiere guardar algo que no sirve? Lo que hice entonces fue buscar lo viejo, lo que  mi mamá no se diera cuenta que se perdió y no se pudiera enojar si se enteraba, esas cosas que por alguna razón están en la casa pero que nadie, así tenga utilidad, las va recordar o  extrañar. De ahí salieron los bombillos que no funcionan, la taza que ya ha perdido a muchas de sus hermanas, los huevos que nos comimos esa mañana y otras cosas que no saldrán en esta serie.

 

Lo más divertido de todo es que pude hacer algo diferente, que creé una puesta en escena con cartulinas negras y lo que me diera la luz, que rompí muchas cosas para la serie y  resultó brutal ir dañando todo  y  por supuesto las cortadas que quedaron después de  las fotazas.